Facultad de Ciencias Humanas

18 de marzo - Inicio del primer cuatrimestre

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La actividad se desarrolló el día 6 de noviembre y estuvo destinada a estudiantes de las carreras de Educación Inicial, Educación Especial, Psicopedagogía y Trabajo Social. La propuesta surgió ante la necesidad de aclarar algunos ejes fundamentales que se plantean en la modificación de la ley 26.150 de Educación Sexual Integral (ESI), que fue sancionada el 4 de octubre de 2006 y promulgada el 23 de octubre del mismo año.

Analía Pereyra, directora de la Asociación Argentina de Sexología y Educación Sexual (AASES), y Patricia Menard, integrante de AASES y cofundadora -junto a Pereyra- del Centro de Educación Sexual Integral (CESI), fueron las encargadas de dictar el taller.

En él se trabajaron los mitos que se han construido sobre esta temática a lo largo del tiempo, y que se han incrementado en los últimos meses con la propuesta de modificación. Menard explica que estos se han instalado a partir de conceptualizaciones equivocadas que realizan aquellos sectores que se oponen a este proyecto. Levantando la bandera del #ConMisHijosNoTeMetas, desinforman, mencionando ejes y ejemplos que no tienen relación con lo que realmente se plantea en el dictamen. Esta situación -reflexiona Menard- ha generado desencuentros y ha contribuido a desestimar la ley, retrocediendo sobre todo lo avanzado en materia de derechos. Derechos de los adultos pero principalmente de los estudiantes, quienes se convertirían realmente en sujetos de derechos con esta reforma, ya que podrían acceder a información certera sobre los distintos ejes de la educación sexual integral, guiados por docentes capacitados en el tema. Lejos de quitarles el derecho a la familia para orientarlos en la educación, este sería otro espacio de diálogo y educación basada sobre conocimientos ciertos y adecuados al nivel de evolución de cada estudiante, dándoles lugar para pensar y sentir por ellos mismos.

El dictamen de reforma surgió este año, a raíz del debate sobre la interrupción voluntaria del embarazo, cuya campaña tiene la educación sexual como pilar fundamental. Desde ese momento diferentes organizaciones comenzaron a replantearse el tipo de educación que se está brindando, cómo y de qué manera se cumple la ley y sus respectivos ejes de trabajo. Aparece así la necesidad de revisar y modificar ciertas cuestiones.

Pereyra explica que el dictamen que se aprobó en comisión de Diputados plantea dos ejes que son fundamentales. Por un lado, determinar el carácter público de la Educación Sexual Integral, lo que implica que todas las instituciones de todas las provincias del país deban incorporarla a las curriculas de manera obligatoria, ya que muchas de ellas aún no han adecuado la legislación nacional a su propia ley o no han tomado en cuenta la existencia de una legislación nacional. Por otro, se plantea la modificación de un artículo particular, que hasta ahora deja libertad para que las instituciones confesionales a su ideario, lo que llevó a que en muchos casos la Educación Sexual Integral sea “educación para el amor”, en la que se descuidan derechos como el brindar información veraz, científica y certera sobre cuestiones referidas a la perspectiva de género, al eje Cuerpo y Salud o sobre el uso y conocimiento de métodos anticonceptivos. La nueva propuesta plantea la revisión de este articulo para que todas las instituciones educativas lleven adelante la ESI de manera correcta y completa, abordando todos los ejes que se proponen desde el Ministerio de Educación.

Es importante remarcar que desde la sanción de la ley hasta la fecha, se han sancionado otras leyes como la Ley de Matrimonio Igualitario, la Ley de Identidad de Género, la Ley de Parto Respetado, la Ley de Prevención y Erradicación de la Violencia hacia la Mujer. Actualmente todas quedan afuera de la enseñanza de la Educación Sexual Integral, por eso se propone contemplarlas, profundizando y enfatizando dicho marco legislativo.

La idea de “ideología de género”, construida por los grupos opositores, no es más que una tergiversación de lo que plantea en realidad la ley: trabajar con perspectiva de género. “Podría ser una discriminación rústica solamente, pero la verdad es que se basa en poder retomar y analizar los roles de género, cómo están establecidos, los estereotipos de género y todo lo que esto conlleva en el mundo de relaciones de las personas. Porque sabemos que a partir de eso se han establecido relaciones de poder que llegan a la violencia y que no permiten vivir la sexualidad de una manera sana y placentera como corresponde”, sostiene Menard.

“Lo que les enseñamos en la escuela es que su cuerpo puede ser explorado en ambientes privados y no en lugares públicos, que su cuerpo es suyo y que nadie tiene derecho a tocarlos porque es parte de su intimidad”, dice Pereyra y agrega que “sin Educación Sexual Integral no hay Ni Una Menos, porque si no empezamos a deconstruir este sistema patriarcal de opresión hacia las mujeres, no vamos a lograr una sociedad más sana, justa e igualitaria”.

 

 para nota ESI

*Ilustración de David Brito.

 

 

 

 

 

 

 

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