Facultad de Ciencias Humanas

Bosque de la poesía- Susana Cabuchi

| Susana Cabuchi |

(Jesús María, 1948-2022)

Nació en Jesús María (Dpto. Colón). Cursó la carrera de Letras Modernas. Participó y coordinó numerosos talleres de poesía y clínicas de poesía. Sus poemas han sido traducidos al italiano, al francés, al árabe y al portugués por escritores, poetas y traductores cordobeses.

Índice

La carta

Ha llegado la carta.

Está sobre la mesa,
al lado de las flores.
La miro
             largamente.
Conozco la letra.

Pero la leeré
a la medianoche,
cuando los trenes
que pasan hacia el norte
hagan temblar
los vidrios de la casa.

(De Patio solo, 1986)

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Carta a mis abuelos

Vuelvan.
Cúbranme de su idioma
volador
como las arenas de Maalula.
Denme la luz
los rostros y los nombres queridos
que dejaron allá,
donde tú
abuelo
usabas botas negras y los ojos alegres
y tú, abuela
bordabas el viento
en los manteles
y estabas con tu madre
y sonreías.
Cuéntenme de la tarde
cuando se conocieron
y del paisaje donde nació mi padre.
Cuéntenme la tristeza que tenían,
cuéntenme los recuerdos que trajeron,
cómo cantaban mientras lavaban ropa.

Hoy viajan en mi sangre
las calles de su tierra,
la piel oscura de sus hombres,
el calor de sus casas
como piedras calientes.
Y me suben a la boca
dátiles como hostias
y aquella fe en El Libro
que nunca dejaban de leer.
Y me crecen
higos dulces con nueces
y viajes con mucha pobreza
y niños vendiendo telas en canastas
y pueblos enteros caminando
y arroz envuelto en hojas húmedas de parra
y leche agria con menta seca
y cruces
y más cruces
como el dolor de toda la familia.

Yo bendigo la tierra
que le han dado a mi alma
y esta música
ardiente
como el sol de Damasco.

Ahora
que duermen con todos los parrales
en la tumba
y que en la casa
no están ustedes y han muerto
los canarios,
les prometo un racimo de uvas
este verano.

(De El corazón de las manzanas, 1978)

V

Qué sé, qué desconozco para que ella repita
varios meses después, Susana, no lo olvide
-suena firme su voz en el teléfono-
escriba sobre Siria.
Qué espera, qué me pide?
Hablaré de Quneitra,
del pasto crecido sobre los escombros,
de los testimonios del Golán?
Ibrahim me muestra unos montículos de nada
y dice: esta era mi casa.
Por esta calle iba a la escuela cada mañana.
Y señala la escuela, lo que debo
creer que fue una escuela,
cemento y hierros
arrasados por las topadoras.
De quiénes eran las tumbas?
Cuántos lloraban entre los olivos?
Alguien preguntó
sobre la poesía después de Auschwitz,
también yo lo pregunto
desde las ruinas de Quneitra,
sus hospitales muertos, sus calles incendiadas,
las infinitas filas de cruces blancas sobre
la vergüenza del mundo.

De quiénes son las tumbas?
Cuántos están llorando
                                          ahora
entre los olivos?

(De Siria, 2022)