Facultad de Ciencias Humanas

Dr. Edgardo Rozas. La Sociología, la vida en sociedad y los desafíos contemporáneos

La Sociología nació al ritmo de las grandes transformaciones del mundo moderno y, desde entonces, no ha dejado de interrogarse sobre la vida en sociedad. Los aportes fundantes de Marx, Durkheim y Weber, considerados a menudo como los “padres fundadores” de la Sociología, marcaron un camino que aún hoy orienta debates, interrogantes y desafíos sobre el estudio de la realidad social. Revisitar sus obras y reconocer en ellas las raíces de una diversidad de enfoques sobre lo social fue el propósito del Curso de Posgrado Teoría Sociológica Clásica, desarrollado en el marco del Doctorado en Ciencias Sociales (DOCSOC) de la FCH-UNRC. Dictado durante los meses de agosto y septiembre, el espacio formativo estuvo a cargo del Dr. Edgardo Rozas (UNC-UCC) y convocó a doctorandos y doctorandas de diversas disciplinas y campos de las Ciencias Sociales y las Humanidades.

El Dr. Rozas es Licenciado en Sociología por la UBA, Magíster en Sociosemiótica por el CEA-UNC y Doctor en Ciencias Sociales también por la UBA. En diálogo con el Boletín del DOCSOC, comparte reflexiones sobre el aporte específico de la Sociología como disciplina científica, la importancia de la teoría en la formación doctoral, la vigencia de los clásicos en la literatura sociológica y el rol de las Ciencias Sociales frente a los desafíos contemporáneos. Además, comparte sus impresiones sobre la experiencia en la Universidad Nacional de Río Cuarto y el intercambio con los doctorandos y doctorandas, que definió como una instancia profundamente enriquecedora.

– Su curso se tituló Teoría Sociológica Clásica. Desde esa perspectiva, ¿cuál considera que es el aporte específico de la Sociología como disciplina científica, especialmente frente a las interpretaciones cotidianas que todos tenemos sobre la vida social?

– El principal aporte de la Sociología es producir un conocimiento riguroso y sistemático acerca de lo social. Esto implica, entre otras cosas, dejar a un lado las ideas o nociones que provienen del sentido común, para poder observar con detenimiento el fenómeno que se quiere analizar y elaborar hipótesis susceptibles de ser corroboradas o refutadas. 

Uno de los problemas de la Sociología, que en palabras de Bourdieu sería un “obstáculo epistemológico”, es que se ocupa de temas y conceptos que muchas veces están en las discusiones cotidianas, en los medios de comunicación o en las mesas de café. Y en algunas oportunidades, todos nos sentimos un poco “sociólogos”, en el sentido de que tenemos cosas para decir acerca de la sociedad. Y está bien que así sea, porque todos tenemos una mirada sobre el mundo en general, y sobre el mundo social en particular.

Pero si algo puede aportar la Sociología como disciplina científica, debe provenir del esfuerzo por desprenderse de las respuestas fáciles y rápidas que abundan en la vida cotidiana, para poder producir un conocimiento de otro tipo, que pueda ser sometido a crítica y mejorado por otros esfuerzos similares. Solo de este modo la disciplina puede aportar conocimientos y herramientas para la intervención, a quienes toman decisiones en diferentes ámbitos de la vida social.

– La Sociología focaliza en su estudio la vida en sociedad, ¿Qué aspectos deben considerarse para comprender la realidad social en toda su complejidad?

– Desde sus primeras formulaciones, la Sociología se ha ocupado de diferentes aspectos de la vida social. Existen abordajes sociológicos de la política, de la tecnología, de las formas de consumo, de la educación, de la vida urbana, del mundo rural, entre otros más. En todos los casos, se trata de fenómenos que ocurren en el marco de determinadas relaciones sociales y esto es particularmente importante para la Sociología. Una hipótesis sociológica indica que las tramas de relaciones dentro de las cuales los hombres y mujeres viven, condicionan su comportamiento, a la vez que constituyen el resultado de sus acciones.

Estos abordajes se han realizado desde distintas perspectivas. Esto es particularmente importante dado que, en las ciencias sociales en general, y por supuesto en el caso de la Sociología en particular, coexisten una diversidad de puntos de vista o de paradigmas, que en muchos casos pueden complementarse. Un ejemplo habitual de esto pueden ser las investigaciones que utilizan datos producidos por el relevamiento estadístico, combinados con indagaciones de tipo cualitativo, tendientes a interpretar los significados que los sujetos dan a sus prácticas.

En el curso desarrollado se abordó en detalle la obra de tres clásicos de la Sociología: Marx, Durkheim y Weber. ¿Qué vigencia tienen hoy sus planteos y cómo siguen influyendo en la Sociología contemporánea?

– Lo primero que hay que tener en cuenta es que estos pensadores, muchas veces identificados como “fundadores” del pensamiento sociológico, produjeron sus teorías desde condiciones sociales diferentes a las nuestras. Es decir, enfrentados a problemáticas distintas y en el marco de debates que no necesariamente coinciden con el estado de los debates en la actualidad. Por lo tanto, sería un error tomar sus conceptos y utilizarlos, sin mayores precauciones, para la lectura o el entendimiento de nuestras sociedades.

Habiendo hecho esta aclaración, creo que la tradición sociológica los ha colocado en un lugar significativo debido, en parte, a que a través de su obra se plantearon determinados problemas, y relaciones entre problemas, que orientaron la producción sociológica durante el siglo XX y hasta la actualidad.

Por ejemplo, el carácter coactivo de las representaciones sociales y las funciones que estas pueden cumplir en la vida de una sociedad o de un grupo; además de la integración social, son temas que ocuparon particularmente a Durkheim y que sigue siendo parte de hipótesis e indagaciones en la sociología contemporánea. El análisis del sistema capitalista realizado por Marx, considerado por este autor como un modo de producción que afectaba diferentes dimensiones de la existencia humana y no solo la económica, sigue orientando los análisis críticos sobre la vida social actual, particularmente en aquellos que se detienen en analizar la forma en que la lógica del capital condiciona la vida urbana y le imprime características particulares, que no siempre redundan en beneficio de los habitantes de una ciudad. Y, por último, tenemos los escritos de Weber que reúnen formulaciones metodológicas que permiten ubicarlo como referente de una sociología interpretativista, preocupada por acceder a los significados presentes en la acción humana y, por lo tanto, como un antecedente de los análisis sociológicos de la cultura. Asimismo, los aportes que este pensador realizó en torno a las formas de dominación, por ejemplo, sus tipos y características, continúan arrojando luz sobre las maneras en que determinadas formas de organización social existen y permanecen en el tiempo.

– Así como los clásicos analizaron los cambios sociales, políticos y económicos de su tiempo, hoy vivimos nuevas y aceleradas trasformaciones e irrupciones también multidimensionales, ¿Qué desafíos plantea este escenario para la Sociología contemporánea?

La Sociología nace como un intento de respuesta y reflexión acerca de las transformaciones que están asociadas al despliegue del mundo moderno, el cuál implicó profundas transformaciones económicas, políticas, culturales y, sobre todo, en las relaciones sociales. Quizás un aporte de estos pensadores es demostrarnos cómo romper con las nociones del sentido común y tratar de generar una reflexión científica, rigurosa, susceptible de ser corroborada o refutada sobre esas mismas transformaciones. Y, sin duda, es un esfuerzo que puede ser emulado hoy en día ante, por ejemplo, las nuevas irrupciones de la tecnología digital, el vínculo a partir de las redes socio digitales y su impacto ante las relaciones sociales en presencia o en las actividades económicas. Por supuesto, son reflexiones que se están dando y la Sociología está escribiendo sobre ello.

Por ejemplo, yo me especializo en el análisis del discurso político de este tiempo, desde la perspectiva sociológica y, en gran medida, ese discurso político o cuestiones relativas al mismo hoy transcurren a través de las redes socio digitales, lo que implica que se den en condiciones de producción muy distintas a cómo se producía el discurso político anteriormente. Un caso para ponerte en contexto, antes se analizó el cambio de escenario en donde se llevaba a cabo el discurso político, generalmente en lugares públicos como las plazas, y cómo éste mismo escenario se mudó hacia la televisión.

Eso, en definitiva, cambió las características de dicho discurso, sus condiciones de producción, además de los dotes que debía reunir un profesional en la oratoria política. Es decir, no es lo mismo aquellas facultades a la hora de hablar frente a un parlamento público que las que se deben reunir en el instante en que se comunica un mensaje dentro de un set de televisión y con cierta limitación de tiempo. Y obviamente estamos ante un nuevo cambio de condiciones de producción discursiva con todo esto de la hiperconectividad y las redes socio digitales.

– El curso desarrollado puso foco en las formulaciones teóricas de los padres fundadores de la Sociología y ello dialogó con las experiencias específicas de los doctorandos y doctorandas. En este sentido, ¿Cuál es la importancia de la teoría en la formación doctoral y, de manera más general, en la producción de conocimiento en ciencias sociales?

La teoría resulta fundamental para la producción de conocimiento, ya que orienta y ordena la producción de los datos empíricos. Las técnicas y los instrumentos metodológicos a partir de los cuales se construyen los datos son, aquí nuevamente recurriré a Bourdieu, “teorías en actos”, es decir, suponen determinadas hipótesis y conceptualizaciones sobre lo social que el investigador debe conocer, para poder ponderar adecuadamente los resultados y los alcances de su indagación.

Esto es de suma importancia ya que uno no accede a los datos del mundo social directamente, sino a través de determinadas hipótesis generales que posteriormente pondrá a prueba y probablemente afinará o reformulará con el tiempo. Esto que resulta válido, a mi entender, para todo emprendimiento científico, adquiere particular relevancia en las ciencias sociales, como decía anteriormente, dada la diversidad de perspectivas teóricas y metodológicas que en ellas existe.

En general, estás tres perspectivas teóricas que analizamos en el curso son grandes enfoques fundantes del análisis sociológico. Los mismos abren caminos susceptibles de ser transitados a través del planteo de determinadas problemáticas específicas y más contemporáneas que tienen que ver con la dimensión social de la vida humana.

– En el último tiempo, las Ciencias Sociales han sido blanco de reiterados procesos de deslegitimación y hostigamiento público apuntando, por ejemplo, a la validez del conocimiento que ellas producen. ¿Cómo se sitúa la disciplina frente a estas discusiones?

– Hay un largo y viejo debate al respecto que se remonta, por lo menos, al siglo XIX, sobre los criterios y los métodos que este tipo de ciencias deben seguir, como así también sobre las características de las afirmaciones que pueden producir sobre el mundo social. Tocamos este tema durante el cursado.

Ahora bien, si la pregunta apunta a los cuestionamientos que desde algunos sectores, fundamentalmente políticos, se realizan sobre las Ciencias Sociales, debo comenzar diciendo que no es la primera vez que sucede. En Argentina se han intervenido y cerrado instituciones académicas por similar animosidad, sin olvidar que hubo profesionales perseguidos, desaparecidos o a los que se les prohibió seguir trabajando.

Las Ciencias Sociales muchas veces ponen sobre la mesa datos y problemáticas que incomodan o molestan a algunos sectores, no es una novedad. Frente a esto, creo que corresponde seguir trabajando con la mayor seriedad posible, sometiendo los resultados de las investigaciones a la mirada crítica de otros profesionales y, por supuesto, preguntarse continuamente para quién o quiénes se produce conocimiento.

SOBRE LA EXPERIENCIA EN LA UNRC

– ¿Cómo ha sido su experiencia en la Universidad Nacional de Río Cuarto?

– Me recibieron muy bien. Ya había tenido la oportunidad de visitar por primera vez la Universidad Nacional de Río Cuarto en el año 2024, en el marco de las Jornadas de la  Asociación Latinoamericana de Estudios del Discurso (ALED), donde presenté una ponencia. Y ahora tuve la posibilidad de venir nuevamente, esta vez, como responsable en el dictado del Curso Curricular de Posgrado titulado “Teoría Sociológica Clásica”.

Fue su primera vez dictando un curso en el Doctorado en Ciencias Sociales (DOCSOC) de la FCH-UNRC: ¿Qué sensaciones le deja la experiencia y cómo vivió el intercambio con los estudiantes?

– Lo he disfrutado al máximo. La verdad es que este tipo de cursos de posgrado son enriquecedores ya que se generan diálogos con personas que vienen de otras formaciones y proveniencias académicas, lo cual amplía la diversidad de debates. En este curso en particular, asistieron trece alumnos. Diez de ellos de manera presencial y el resto bajo la modalidad virtual. La verdad es que me voy contento por el interés que demostraron. El mismo se vio reflejado en su constante participación durante el dictado.