Antes del comienzo del curso de posgrado en ESI, #PensemosDiverso dialogó con Verónica Delgado y con Analía Pereyra, docentes a cargo de la actividad. La importancia de formar profesionales capaces de abordar las diversas problemáticas que engloba el tema y de asumir el compromiso como Facultad de una Universidad Pública.
El curso extracurricular de posgrado “Educación Sexual Integral: formando profesionales capaces de abordarla” se dicta hace ya ocho años ininterrumpidamente en la Facultad de Ciencias Humanas. El objetivo que persigue es que les profesionales egresades de institutos de nivel superior y de carreras universitarias cuenten con las herramientas para llevar adelante acciones vinculadas a la sexualidad -en el amplio sentido del término- en los ámbitos en los que se desempeñen, sean educativos o no.
“En líneas generales, se pretende con este curso que les asistentes conozcan el marco legal de la ley 26.150, que se sancionó hace ya quince años, brindarles recursos para que trabajen en sus propios ámbitos, que conozcan cómo abordar la Educación Sexual Integral (ESI) y cuál es el rol de las y los profesionales en las situaciones de vulneración de derechos. Sobre esto la ESI abre una gran puerta, porque trabaja justamente en la promoción de acciones saludables y en la prevención de situaciones de vulneración de derechos y en la actuación cuando algún niño, niña o joven manifiesta alguna situación referida a un abuso. En ese caso, el profesional tiene el deber y la obligación de intervenir e inmediatamente buscar los canales y circuitos adecuados para que ese niño o niña salga de esa situación de vulneración”, explica Analía.
A lo largo de los encuentros, también se trabajará sobre los derechos sexuales y reproductivos, la anatomía de los órganos sexuales, sobre género, diversidades y nuevas configuraciones familiares, sobre los roles y estereotipos de género, la orientación sexual y la ley de identidad de género. Este año, además, se sumará un módulo para trabajar sexualidad y discapacidad.
En el curso se brindarán diversas herramientas teóricas, materiales y recursos didácticos, juegos, videos y materiales metodológicos que permitan a cada profesional construir sus propias estrategias de abordaje de la ESI en sus contextos de trabajo.
“Principalmente se apunta a la deconstrucción, a las representaciones en torno a lo que es la ESI, en cuestiones que, en principio, son muy básicas y tienen que ver con conceptos como el sexo, género, identidad sexual, etc., pero que es necesario revisar. Después, se va dejando lugar para los intereses y las temáticas que vayan surgiendo por parte de les inscriptes, lo que traen de sus áreas y ámbitos de trabajo. El trabajo final del curso de posgrado siempre tiene que ver con aplicar la ESI en los ámbitos en los que se están desempeñando”, agrega Verónica.
Las docentes coinciden en lo importante que es trabajar la ESI en el marco de la universidad y el poder brindar a les profesionales herramientas para que puedan responder de la mejor manera posible a las diferentes situaciones que se les presenten en el ejercicio diario de sus profesiones. En este sentido, también sostienen que este tipo de formación debiera ser transversal a todas las carreras de la universidad y tener su lugar dentro de las curriculas.
“Porque la sexualidad es todo lo que somos, tiene que ver con el hecho de ser humanos, todo lo que nos involucra: cuerpo, mente, espíritu, nuestras creencias. Todo lo que tiene que ver con nuestra vida, nuestra historia vital. Desde que nacemos hasta que morimos, y no sólo focalizada en una relación sexual como generalmente se la ve. Entonces, si la miramos así, con esta amplitud, nos damos cuenta de la dimensión y la importancia que tiene en nuestras vidas. Desde el momento en que nacemos, cuando estamos en el nivel inicial, lo que vamos aprendiendo de los vínculos con otros y otras, expresar nuestras emociones, ir conociendo nuestro cuerpo, saber cuál es nuestra intimidad y privacidad separado de lo público. Luego, cuando vamos avanzando en el nivel primario, seguir trabajando con los vínculos, que es fundamental. Y también ese conocimiento de nosotros y nosotras, de poder dialogar sobre la pubertad en el momento en que los niños y las niñas empiezan con los cambios puberales, hablar de la menstruación que es fundamental, porque nos encontramos con personas que no saben qué es lo que les pasa cuando están menstruando, a las que nadie les ha dicho nada porque sigue siendo un tabú la sangre menstruante”, dice Analía.
“Son temáticas de las que la universidad no puede dejar de hablar, dejar de tomar un posicionamiento. No puede dejar de formar a profesionales con perspectiva de género, con una perspectiva vinculada a la educación sexual integral. Creo que son compromisos sumamente necesarios”, concluye Verónica.
*El curso extracurricular de posgrado “Educación Sexual Integral: formando profesionales capaces de abordarla” se dictará los días 10, 17 y 24 de septiembre, y 1, 8, 15 y 22 de octubre de manera virtual.