En repudio a la entrevista sobre «Los desafíos pendientes en educación«, realizada el día martes 14 de noviembre por la señal de Canal 13 de Río Cuarto, compartimos el siguiente escrito de la Prof. Mariana Gianotti, Directora del Departamento de Ciencias de la Educación.
Sentires de un martes de noviembre…
Termina el martes con un sabor amargo que se asocia a dichos acerca de la universidad en la que muchos docentes, estudiantes y no docentes compartimos horas, proyectos, expectativas, sueños, aciertos y desaciertos. Quehaceres cotidianos que van en busca de la coherencia en la construcción de cada vínculo con las juventudes que, en medio de las incertidumbres epocales, se acercan a estudiar. Muchos son los primeros de su familia que llegan a la universidad (pública por cierto), algunos/as tienen que sostener trabajos más o menos formalizados para bancar su estadía de estudiantes, otros/as son madres o padres y cruzan sus parciales con crianzas aprendientes y esperanzadas… Claro que estas condiciones rompen con los llamados tiempos teóricos que dañinamente se usan en los medios para decir que se recibe poca gente. Quienes vemos la imagen desde adentro de las aulas, de los cubículos y de las mesas del comedor podemos comprender los avatares de estos grupos de estudiantes que, además se sostuvieron durante la pandemia. Quienes pensamos y hacemos cuerpo los proyectos podemos visualizar las demandas y necesidades de la comunidad para ir entramando saberes y gestando nuevos problemas de investigación que incorporen miradas críticas asentadas en estudios que dan lugar a la generación de categorías que nos ayuden a entender lo que pasa, lo que nos pasa en tiempos de incertidumbre.
Como docentes del Departamento de Ciencias de la Educación nos preguntamos: ¿A quiénes habilitan los medios para opinar acerca de nuestra universidad, de lo que hacen-hacemos los y las docentes, de las trayectorias (no lineales, a veces) de los y las estudiantes, de los proyectos de cada cátedra para potenciar el conocimiento en articulación con el campo profesional y con la comunidad, de las prioridades institucionales, de las articulaciones que se generan, gestionan y sostienen con organizaciones sociales que plantean demandas para interactuar entre saberes y prácticas? ¿Con qué información se construyen los datos que circulan en los medios de comunicación que alimentan, a veces, la desinformación manipulatoria? ¿Qué permitimos quienes somos parte de la comunidad educativa de la Universidad Nacional de Río Cuarto? ¿Cómo cuidamos lo que se dice acerca de los y las estudiantes (nuestros y nuestras estudiantes)?
Estas preguntas surgen a partir de ver/escuchar 13 minutos de panel televisivo en el noticiero que se emite por el canal público que impacta, sobre todo, en la población del gran Río Cuarto. En horario central y sin contrapuntos, la Sra. Isabel Bohorquez ofrece una panorámica de la educación e involucra a las diferentes facultades y sin dejar evidencia de sus fuentes de datos, deja entrever juicios y comparaciones que son peligrosas, en tanto dejan el lugar a dudas respecto de el derecho a la educación, el acompañamiento de los docentes, la autonomía universitaria, el compromiso con la comunidad y con el conocimiento. Se entremezclan decires poco asentados en datos que resultan dolorosos porque lejos de estar “ciegos/as”, quienes habitamos la universidad estamos preocupados/as por la continuidad de nuestras luchas sostenidas en el derecho a la educación, inclusiva, de calidad, humanizada, comprometida con lo social y en diálogo con cada una de las problemáticas que también nos incluyen por ser parte de la comunidad en la que se inserta. Lejos de no ver los problemas sociales, los investigamos e intentamos construir articulaciones y generar prácticas que aporten al buen vivir. Lejos de cerrar los ojos elaboramos proyectos de vinculación, extensión y prácticas sociocomunitarias para contagiar y enseñar el compromiso y entretejerlo con lo que sabemos, con los conocimientos que enseñamos en las aulas, con los trabajos finales que acompañamos y potenciamos.
Este mismo martes, antes de estos decires, se recibió Valentina. Su familia habitó la sala de Consejo Directivo de la Facultad de Ciencias Humanas. Ella, en su trabajo final, puso en valor las experiencias de Prácticas Sociocomunitarias en las que participó durante su trayecto de formación. En sus registros se veían caras con tapabocas, porque hasta en la pandemia se sostuvieron las experiencias de articulación con jardines maternales, escuelas secundarias y centros comunitarios. En medio de las emociones, el tiempo en el que Valentina hizo la carrera fue menos importante que lo que aprendimos quienes estábamos entrelazando las experiencias y poniendo en valor los esfuerzos por ser parte de la universidad pública y por ser la primera de su grupo que festeja porque se recibe.
En este sentido, desde un sentir profundo, deseo que Valentina no haya visto el noticiero de las 13 hs. porque realmente no hablaba de ella, no hablaba de su familia y tampoco hablaba de los y las docentes del Departamento de Ciencias de la Educación.