Por Gustavo Cimadevilla, Profesor en el Dpto de Ciencias de la Comunicación / Director del Doctorado en Ciencias Sociales de la FCH.
Fue profe, o mejor dicho maestra. Esa condición que no depende de un título habilitante, sino más bien de las huellas que se dejan en el aula cuando quien lleva la tiza sabe que enseñar y aprender implica algo más que cumplir con una rutina.
Fue y es compañera de trabajo, y la jornada siempre deja sabores múltiples: inquietudes, angustias, novedades y un clima que invita siempre a volver a empezar, a proseguir y a soñar con lo que resta por hacer e inventar.
Fue y es amiga, porque el aula, la labor y lo que se comparte sigue códigos de respeto y compromiso que no abundan. Y eso, que no es poco, se valora.
Si una Emérita aunque no está conserva sus honores, en tu caso Mabel nos es grato decirte que no hace falta volver a darte la bienvenida. Nunca te fuiste. Y no sabes cuánto bien nos hace saberlo y saberte aquí, cuando a falta de campanas y timbres, la maestra llega igual para compartir su noble tarea y docta compañía.
* Recientemente designada Profesora Emérita por el Consejo Superior de la Universidad Nacional de Río Cuarto.