Cristian Santos y Silvina Barroso Inician una nueva gestión en la Facultad de Humanas. En la tarde del lunes 19 de agosto fueron proclamados como decanos y vice tal lo establecido por la Resolución 4/24 de la Junta Electoral de la UNRC.
Compartimos el discurso de asunción, que fue leído alternadamente por Cristian Santos y Silvina Barroso:
Sra. Rectora, Sra. vicerectora, Señoras decanas, decanos, vicedecanas, vicedecanos salientes y electos, ex rectores y vices, ex decanas, exdecanos y vices, representantes gremiales de la AGD, de la ATURC y de la FURC, compañeras y compañeros docentes y nodocentes, estudiantes, autoridades provinciales y municipales, representantes de organizaciones sociales, familiares, amigas y amigos: gracias por acompañarnos en este día tan especial, tan cargado de emociones, de sentidos, de responsabilidades y de amor. Amor a la Universidad pública y compromiso con ella. Universidad Pública que es el territorio que habitamos diariamente; territorio que se expande en la responsabilidad de aprender y de enseñar con ese afuera que se hace presente en las personas, en los proyectos, en las instituciones, en el mundo productivo, en lo artístico y en lo cultural.
Ese territorio que está afuera de la universidad es donde se escribe y se inscribe la historia, es donde se espeja la vida, donde se vivencia el arraigo y la horfandad, es el locus necesario donde habitar y construir universidad…y ese, construir universidad / facultad territorial es uno de nuestros desafíos y compromisos.
Compromiso con ese afuera con el que debemos dialogar, con humildad y con una aguda capacidad de escucha y de apertura. Universidad que mira y que vé, que escucha a su comunidad para proyectar desde lo colectivo. Universidad Pública, facultad de Humanas, que asume una responsabilidad inclaudicable con la democracia y con la democratización, que lucha y que enseña en la dignidad y en el compromiso con la justicia social, la ampliación de derechos y la inclusión.
¿Hay algo que se parezca más al amor, que la forma en que pensamos y vivimos la universidad pública y el conocimiento social? ¿Algo más revolucionario que el amor? ¿Algo más revolucionario que el sentido más profundo de la universidad pública argentina? ¿Algo más hermoso que el conocimiento público?
¿Hay acaso algo a lo que se le tema más cuando no se piensa la vida desde los bienes comunes, desde la democracia y la democratización con sentido crítico, desde lo colectivo y lo solidario?
Amor a la universidad pública y al conocimiento público, humanístico y social; a su aprendizaje y su enseñanza para no ser víctimas de ninguna conspiración extractivista, para no ser cantera, para redefinir y sostener la emergencia de una razón sentimental, con su potencialidad política y epistemológica en y para una facultad que está cumpliendo sus 50 años.
Desde las ciencias sociales y humanas es imposible no posicionarse, no asumir el compromiso con la construcción del conocimiento, con un andamiaje conceptual que nos ayude a mirar al mundo social y accionar y traccionar para que sea más justo, más digno, menos violento, menos individualista y menos cruel…
Ciencias sociales que miren y piensen y conceptualicen su paisaje, el nuestro… su gente, la nuestra; que nombren y expliquen y que desnombren y desexpliquen sus problemas, los nuestros… ciencias sociales que se posicionen en el bien común y en los bienes comunes para todas y todos; pensando juntos todos y todas; Ciencias Sociales y Universidad pública para que sepamos y podamos todos y todas construir sentidos de soberanía, para que la patria, la nación, el Estado formen parte de una retórica, de unos sentidos y sentimientos de lo común y colectivo; que calen hondo en la pertenencia a un presente que tiene la enorme responsabilidad de construir el mejor futuro para los que vienen y los que vendrán… un futuro mejor en materia educativa, en la construcción de un sistema de salud más inclusivo y cuidado, un ambiente natural más respetado, una sociedad más empática, soberana, justa y formada en derechos; ése es el compromiso de las ciencias sociales y humanas y el nuestro como responsables de la gestión académica y de la formación de profesionales de la educación y de las ciencias sociales para un mundo más justo.
Y como responsables de la gestión académica y política desde la Facultad de Ciencias Humanas de la UNRC, nos comprometemos a fortalecer ese diálogo necesario, coral, expansivo, ese diálogo con el territorio, con nuestro paisaje en el sentido más político, con nuestro suelo, ése que habitamos y que nos habita, ese lugar en el que se anuda nuestra identidad y en el que somos como colectivo… ese diálogo habilitante de voces silenciadas con todos y todas para que el sentido de lo social no se pierda en el discurso ideal de la academia sino se encarne en los cuerpos que viven y respiran y gozan y sufren y duelan y recrean la experiencia social de vivir en este presente nuestro, en esta tierra nuestra, con este pueblo nuestro, con nuestros recursos, nuestra ciencia, nuestra técnica.
En ese diálogo genuino se definen también nuestras tensiones internas, nuestras problemáticas, nuestras crisis… Sentimos, por ello, la necesidad de expresarnos sobre los momentos verdaderamente críticos que vive el sistema universitario, sus trabajadores, su comunidad:
Hoy, el salario básico para un Profesor con dedicación exclusiva, una persona con formación de grado y de posgrado, con antecedentes y capacidades suficientes como para dirigir proyectos, dirigir becarias y becarios y estar a cargo de asignaturas, es de menos de $800 mil, cifra que no alcanza a cubrir los $900 mil de la Canasta Básica Total para una familia de 4 integrantes; además, el salario básico actual para alguien que ingresa a la Universidad como personal nodocente asciende a unos $500 mil, casi la mitad de aquello que necesitaría su familia para no ser pobre y apenas supera los $405 mil para no ser indigente. Conocer esta realidad resulta imprescindible para dimensionar la gravedad del contexto actual. Las dimensiones de la emergencia salarial universitaria decretada por nuestro Consejo Superior hace apenas unos días.
La Universidad pública argentina ha sido, por generaciones, acaso la más importante plataforma para el ascenso social: el acceso a un título, a la habilitación para el ejercicio profesional, a construir redes de trabajo y de producción, al progreso personal y familiar, al conocimiento de excelencia y a la tecnología necesaria para resolver problemas concretos de la sociedad en ese diálogo genuino que recién mencionamos.
Pero sin salarios dignos, no hay Universidad pública posible. no hay desarrollos científicos ni ciencia soberana.
La Universidad pública debe ser transformadora y debe también transformarse; el mundo de hoy nos desafía hacia carreras más cortas, a nuevos modos de enseñanza y de aprendizaje, a la integración disciplinar, a incorporar las tecnologías y a la formación continua. Sin olvidar jamás que nuestra prioridad es el grado y que toda institución educativa se debe, primero, a sus estudiantes.
Convocamos entonces, con mucha humildad, a revisar nuestras propias prácticas. A insistir, incansablemente, en el valor de la palabra. A integrar más y mejor nuestros saberes y nuestras disciplinas, a abrir las puertas, a derribar los muros y terminar con las divisiones innecesarias, a dialogar más entre áreas, entre Facultades, entre nosotros / nosotras quienes hacemos comunidad.
Convocamos a seguir avanzando en la consolidación de la planta docente y nodocente, a trabajar conjuntamente en un nuevo plan estratégico para la Facultad de Ciencias Humanas, a trabajar del mismo modo en los planes de desarrollo departamental y en las actualizaciones y modificaciones de los planes de estudio de nuestras carreras; a diseñar dispositivos para poner la investigación científica al servicio de la solución de problemas sociales; a afianzar la vinculación de nuestra Facultad con el medio; a sostener nuestras propuestas de posgrado y a generar también nuevas opciones para las graduadas y para los graduados de Ciencias Humanas.
Les proponemos construir juntos este proyecto de Facultad. Les proponemos que la escucha y el trato respetuoso sean la principal política institucional de la Facultad de Ciencias Humanas.
Tenemos la voluntad, tenemos la fuerza, tenemos las ganas y sentimos un amor muy profundo por esta institución. ¡Muchas gracias! ¡Y buen vivir!
Fotografías: gentileza de Ceclia Grosso – UNIRIOTV