Facultad de Ciencias Humanas

18 de marzo - Inicio del primer cuatrimestre

8 de Septiembre, día de la Alfabetización

Por Mariana Gianotti, Directora del Departamento de Ciencias De la Educación.

Para quienes dedicamos un poquito de nuestra vida a la educación, el 8 de septiembre es un día lleno de historias narradas. De miradas y de manos agrietadas de algunas Juanas, Marías y Jorges que, acompañados por el deseo de superarse e impulsados por demostrarle a sus hijos/as que estudiar es importante, llegaron a algún centro de alfabetización, a alguna escuela de adultos o se juntaron en la casa de “la Hermelinda” para aprender a leer y escribir.
Así llegan a nosotros y nosotras esas historias narradas en primera persona de derechos no alcanzados, de políticas que llegan tarde (o que no llegan), de recursos insuficientes y de mensajes internalizados y culpabilizantes. Así aparecen Juanas, Marías y Jorges seguros/as de que no estudiaron “porque no les da la cabeza”, convencidos/as de que son los/las responsables de su propia situación de analfabetismo. Viendo cómo sus hijos e hijas repiten la historia porque permanecer en la escuela requiere de pautas que no logran cumplir, porque no tienen el guardapolvo, porque acceder a inscribirse implica saber usar una computadora, disponer de internet y manejar datos que figuran en documentos indescifrables que son parte de una cultura escrita que los/las excluye en cada acto.
Así llegan a nosotras y nosotros y nos rompen la cabeza, desarman nuestros esquemas, nos obligan a salirnos de discursos aprendidos y a generar espacio para otras realidades. Nos dejan una huella, nos marcan con una tinta indeleble que se nutre por la injusticia, por la exclusión, por la invisibilización de la situación que, aún hoy, viven muchas personas de nuestra comunidad.
En este sentido, el 8 de septiembre se constituye en un día de memoria y de lucha para que desde la formación de profesionales de la educación avancemos en la construcción de otros mundos posibles.
Desde el Departamento de Ciencias de la Educación les instamos a imaginar lo que siente una persona cuando tiene que decir “»yo no sé firmar», «yo pongo el dedo», «yo se las letras pero no las puedo unir». Lo que llora una mamá cuando no puede ayudar en los deberes de la escuela o cuando les oculta el analfabetismo a sus hijos, por vergüenza.  También les invitamos a imaginar la felicidad que se siente cuando por primera vez se logra escribir su nombre como señal de identidad, o cuando descifra lo que indica un cartel en el hospital, o cuando llega a una dirección leyendo los nomencladores de las calles.
A quienes habitamos la cultura escrita, a veces se nos olvida que todavía falta mucha gente en este espacio, que queda mucho por hacer, que necesitamos volver a leer a Paulo Freire, Emilia Ferreiro, a Eduardo Galeano, entre otros, para no olvidar que leer y escribir es la llave para la construcción de ciudadanía y para la participación política en nuestra comunidad y que la educación es herramienta de construcción de sueños y proyectos de transformación. Ese es el desafío…