La historia del cine documental en la Argentina es profusa, diversa y sobre todo imprescindible para comprender el recorrido histórico de los movimientos políticos, sociales y culturales más significativos de mediados del siglo pasado a esta parte, desde aquellas primeras imágenes de la bandera argentina flameando en el mástil, tomadas por el fotógrafo y cineasta francés Eugenio Py hacia 1897, hasta nuestros días.

Evolución y transformación hacia un documental que encuentra en la recuperación de una memoria silenciada las claves de un relato que no le teme a la hibridación de géneros, a la experimentación visual y rompe con el imperativo clásico de crear una fuerte estructura argumentativa soportada sobre lo real. Con el tiempo el documental en Argentina “sufrirá evoluciones, rupturas y cambios hasta la actual irrupción cuantitativa y cualitativa” (Acuña, L: 2009).

Imbricados con la necesidad de ofrecer puntos de vista escénicos que se aproximen cada vez más a la percepción subjetiva de los autores, el cine documental muta las narrativas, hacia una interpretación ajustada, honesta y declarada de su versión de los hechos. Justifica, así, además su posicionamiento ideológico.

La Universidad Nacional de Río Cuarto, y más aún la Facultad de Ciencias Humanas, cuenta en su haber una vasta experiencia en la formación del grado en carreras vinculadas con el análisis, la producción y la realización audiovisual. Desde los años setenta, cuando se creó el Departamento de Ciencias de la Comunicación, el área técnico profesional contó en su plantel a profesores formados en las carreras de cine de la Universidad Nacional de Córdoba, quienes aportaron sus conocimientos en la realización de películas vinculadas al cine documental antropológico heredero de la tradición del cine de Prelorán con sus solitarias “etnobiografías” de la década del setenta.

Se suman a este historial, la actividad de docentes y estudiantes de las carreras de comunicación social quienes, además, de desarrollar su actividad del profesorado y de dedicarse a la investigación, han realizado talleres de producción en video en el nivel secundario y en muchos casos trabajan de manera independiente y/o profesional en la producción y realización de documentales y ficcionales, entre otros géneros vinculados a las series y unitarios propios de la industria cordobesa y nacional.

El resultado muestra no solo las posibilidades del género dentro del ámbito de la Universidad pública, sino que aquella idea inicial de Birri del trabajo colectivo, comprometido con su tiempo, atento a las problemáticas de la época, sigue siendo un objetivo permanente de los espacios académicos públicos.

Esta diplomatura es un paso más en este camino de afianzar la integración de saberes, tradiciones históricas y miradas sobre el mundo articuladas con la demanda de estudiantes y egresados de contar con una formación de posgrado que profundice en la problemática del género y abra nuevas oportunidades y experiencias en la producción. El propósito, además con esta propuesta curricular, es la de lograr equipos de trabajos capaces de realizar una lectura de la realidad avanzando sobre narrativas complejas, poéticas novedosas y resoluciones visuales y dramáticas no exentas de un corte subjetivo sincero y necesario.